La balanza de pagos es un indicador macroeconómico que muestra todas las transacciones económicas realizadas entre un país y el resto del mundo en un período determinado. Incluye cuentas de bienes, servicios, rentas y transferencias, así como cuentas de capital y financieras, lo que permite mostrar a inversionistas extranjeras la situación y condiciones económicas, y así poder determinar si les resulta oportuno realizar inversiones en el país.
Estabilizar la balanza de pagos implica implementar políticas económicas que mantengan un equilibrio entre las entradas y salidas de dinero en un país en relación con el resto del mundo. Esto significa que el país busca tener un saldo manejable o un déficit controlado en su balanza de pagos para evitar una acumulación excesiva de deuda externa o una pérdida rápida de reservas internacionales, por ejemplo: devaluación de la moneda, restricciones en importaciones o control de capitales, que pueden limitar el crecimiento a corto plazo.
Por otro lado, priorizar el crecimiento económico puede implicar el financiamiento de proyectos mediante deuda externa o fomentar importaciones, lo cual podría empeorar la balanza de pagos en el largo plazo.